En Chile, para frenar las protestas, el presidente Sebastián Piñera lanzó un programa educativo que incluye, dijo, “un fondo de cuatro mil millones de dólares”. Sin embargo, sigue rechazando estatizar la enseñanza y volverla gratuita, como piden los estudiantes.

En tanto, la imagen de Piñera cae en picada y ya se habla de su antecesora, Michelle Bachelet, como el líder político mejor visto para sucederlo. El 83 por ciento de los chilenos cree que los ricos son aún más ricos y que no se están disminuyendo las profundas brechas sociales. Y un 65 por ciento afirma que el crecimiento no lo ha beneficiado “en nada”.

En cuanto a la gestión de Piñera, el 53 por ciento de los chilenos la rechaza y un 64 por ciento cree que es en realidad “un gobierno de los empresarios”.