"La escalada en el conflicto nos hace prever que en los próximos meses el número de refugiados y de desplazados aumentará considerablemente", señaló en rueda de prensa Melissa Fleming, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

"Nuestra previsión es que unos 700.000 más se sumen a los que ya existen", agregó.

De los 147.000 refugiados, 55.221 se encuentran en Mauritania, 52.875 están en Níger, 38.776 en Burkina Faso, unos 1.500 en Argelia, 26 en Guinea, y 20 en Togo. Asimismo, en el interior del país vagan como desplazados internos 230.000 personas, 8.700 de los cuales abandonaron sus hogares en los últimos diez días.

Ante esta situación de creciente movilidad, y la certeza de que el conflicto va a agravarse y las huidas incrementarse, el ACNUR autorizó ayer el desplazamiento a la región de "docenas de especialistas" que coordinarían las operaciones de asistencia a los refugiados y desplazados, dijo Fleming.

De las entrevistas que los funcionarios del ACNUR realizaron a los refugiados se desprende que huyen "porque no tienen como mantenerse, huyen del conflicto en sí mismo, pero también de la estricta aplicación de la Sharia en los territorios controlados por los rebeldes", añadió.

"Muchos cuentan historias horribles, de amputaciones, ejecuciones sumarias, violaciones, y entrega de dinero para luchar contra el Ejército", especificó Fleming.

Precisamente, el vocero del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, precisó que un estudio realizado por expertos de la ONU recolectó pruebas de que, en el último año, en Mali se llevaron a cabo "graves violaciones a los derechos humanos".

Colville enumeró "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, torturas, violaciones, y reclutamiento de niños de hasta 10 años", entre otros.

Estas investigaciones se remitirán a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, para que tome las medidas necesarias.