Matías Miret, el copiloto que estaba acusado por participar en el caso del "narcoavión" que piloteaban los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, fue liberado por la Justicia española, tras estar dos años detenido.

El propio acusado por la Justicia ibérica confirmó que había recuperado su libertad, luego de que dos policías que participaron del operativo declararon y desligaron a Miret del narcotráfico.

Los hermanos Juliá continúan detenidos por transportar en un avión privado casi una tonelada de cocaína al aeropuerto de Barcelona.

En el juicio que sigue la Justicia española, la fiscalía pidió 13 años de cárcel y una multa de 140 millones para cada uno de los hermanos Juliá.

"Lo que me mantenía era saber que era inocente, y el apoyo de mi familia y seres queridos. Se siente que se te está yendo la vida en un momento. Sabía que yo no tenía un punto oscuro y que a la larga o a la corta, iba a salir en libertad porque era inocente", expresó Miret en declaraciones a un canal de noticias.

El copiloto recordó que en su momento los hermanos Juliá le dieron alguna excusa sobre lo sucedido, pero agregó: "luego de perder dos años de mi vida, no acepto ninguna disculpa".

"Ahora espero que me digan cuándo puedo volver a mi país y seguir con la vida que tenía", indicó.

Cuando se le consultó sobre por qué estuvo dos años detenido en España, el copiloto indicó que cada vez que con sus abogados presentaban una apelación la Justicia justificaba la negación por "ser extranjero y no tener arraigo".

"Todos los pedidos de libertad que hemos hecho, de 20 páginas, siempre contestaron con una, y siempre era la misma contestación 'falta de arraigo'", afirmó.

Los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá están acusados de traficar 944,5 kilos de cocaína en el Bombardier Challenger 604 que llegó a Barcelona el 2 de enero de 2011.

La droga secuestrada estaba oculta en dos falsos sofás-cama, que estaban enfrentados, de espaldas a las ventanillas, y en un armario colocado en el fondo del avión.