Brittany Maynard, la joven de 29 años que padecía un cáncer de cerebro terminal y quería llevar a cabo un suicidio asistido falleció el sábado pasado, luego de realizar una campaña de concientización sobre "muerte digna" que tuvo alcance mundial.

En la página web de la fundación que había creado para instalar un debate sobre la eutanasia, fue publicado un obituario anoche, que empieza con una frase conmovedora: "Un día tu vida entera aparecerá ante tus ojos, asegurate de que valga la pena verla", dice. En el texto se la describe como una persona generosa y compasiva y se expresan palabras de agradecimiento que ella dejó indicadas antes de morir.

"Brittany Lauren Maynard nació en 1984 y forjó 29 años de generosidad, compasión, educación, viajes y humor. Conoció felizmente a su esposo Daniel Diaz en abril de 2007 y se casaron, como mejores amigos, cinco años después, en septiembre de 2012. Este último año, en Año Nuevo, Brittany fue diagnosticada con un cáncer de cerebro [... ] frente a lo cual eligió vivir cada día, con fuerza, manteniéndose físicamente activa, y ocupada tanto como pudo", reza un pasaje del texto publicado.

Al final, aparece un mensaje de la joven: "La gente que hace una pausa para apreciar la vida y da gracias es la más feliz. Si cambiamos nuestros pensamientos, podemos cambiar el mundo. Amor y paz para todos. Brittany Maynard".

La información fue confirmada vía mail por Sean Crowly, de la organización Compassion and Choices, que la asistió en el tramo final de la difícil decisión que había tomado.

La semana pasada, Maynard había cumplido uno de sus últimos deseos: conocer el Gran Cañón junto a su familia. Fue uno de los tantos viajes que llevó a cabo desde que conoció la noticia de su enfermedad, a principios de año. "Luego de que un doctor le dijera que 'probablemente no podría mantenerse siquiera parada en pocas semanas', ella se encontró trepando los campos helados de Alaska con su mejor amiga meses después. 'Hablá tu propia verdad, incluso cuando tu voz tiemble'", nos diría ella".

El caso de Maynard instaló el debate sobre la eutanasia en Estados Unidos, donde se permite esa práctica en algunos de los 50 estados que lo integran. De hecho, Maynard, que vivía en California, se había trasladado a Oregon luego de recibir el diagnóstico de su enfermedad para tener la posibilidad de tener una "muerte digna".