La céntrica Puerta del Sol de Madrid, la capital española, amaneció ocupada por varios miles de personas que decidieron quedarse allí, después de la concentración de anoche, en la que miles de manifestantes exigieron un cambio en el modelo político y social. El sitio, custodiado por un amplio dispositivo policial, se transformó en el epicentro de las protestas que vienen registrándose desde el pasado domingo, días antes de los comicios municipales y autonómicos del 22 de mayo. El 50 por ciento de los jóvenes españoles está sin trabajo

Pretenden quedarse allí hasta el día de las elecciones, mostrando su descontento con el sistema y exigiendo un cambio. El "movimiento de los indignados" y "movimiento 15-M", como comienza a denominárselo, critica a los políticos, pide una "democracia real" y la mejora de las condiciones de vida. Unas reivindicaciones que resumen en trabajo y vivienda para todos y una reforma de la ley electoral para que el sistema sea más justo. Las manifestaciones se repiten en Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao y Granada con consignas como "no al bipartidismo, no a una democracia corrupta"

Por Continental, el militante Juan Rubio reseñó que se trata de "un movimiento interno, personal, de la conciencia global de personajes españoles. Demandamos un cambio social y político. Creemos que, si la casa está mal construida desde los cimientos, hay que volverla a construir. Creemos que esto no es simplemente a nivel nacional, sino a nivel internacional. Creemos que los mercados se han apoderado de los países, de la política, de la vida social, etc., y queremos un cambio ya".

"El problema que existe ahora en España es que somos la generación más preparada y con menos trabajo. No se entiende que el Estado español haya estado invirtiendo en educación para poder trabajar en nuestro país y que al día de hoy no lo podamos hacer. El FMI está ayudando a los bancos y a las empresas españolas, pero no a los trabajadores", argumentó en La Mañana.