La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO, por sus siglas en inglés), operadora privada de la central nuclear de Fukushima-1, anunció hoy que descubrió una "pequeña" cantidad de cesio radiactivo en la zona costera cercana a la planta, exactamente a un kilómetro de la misma. El hallazgo tuvo lugar en el marco de los análisis que la compañía realizó en los últimos meses en cinco lugares ubicados fuera del puerto de la central con el objetivo de comprobar si las substancias radiactivas se filtraron al mar, informó la cadena de televisión pública japonesa, NHK.
 
Pese a que el nivel de cesio radiactivo está muy por debajo del límite máximo, se trata de la segunda vez que la sustancia es detectada en este lugar desde el inicio de los trabajos de monitorización en agosto. El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al océano Pacífico.

Desde entonces, las fugas de agua radiactiva no cesaron y han hecho que en el último mes los niveles de radiactividad en Fukushima-1 se dispararan hasta picos de 200.000 becquerelios por litro, capaces de matar a una persona. TEPCO sospecha que las fugas radiactivas se deben al desgaste de la resina que une las placas de acero que forman los tanques en los que se almacena el agua contaminada de Fukushima-1, a pesar de que se trata de un compuesto especial, precisamente, para evitar la permeabilidad.

Si bien, admitió errores de todo tipo. Entre ellos, que los trabajadores se dejaran abiertas las válvulas que controlan la entrada de agua contaminada desde los reactores a los tanques, la ausencia de contadores en todos los tanques y las escasas patrullas alrededor de los tanques para comprobar que no hay fugas radiactivas.

Asimismo, un informe del Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica alertó esta semana que los criterios y métodos utilizados por las autoridades y empresas japonesas para medir la radiación a la que estuvieron sometidos los trabajadores de la central nuclear de Fukushima-1 después de la fuga radiactiva desestiman ciertas radiaciones, por lo que el nivel global de las mismas podría ser hasta un 20 por ciento superior a lo que se creía hasta ahora.

Los problemas en Fukushima-1 se deben al terremoto y el tsunami que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la prefectura japonesa, dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la central de Chernóbil, en Ucrania. Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.