Los incendios en el estado australiano de Nueva Gales del Sur se agravaron hoy con la aparición de nuevos focos y la expansión de las llamas, avivadas por el viento, en la zona más afectada de Blue Mountains. "La actividad va en aumento a través de varias zonas en llamas en todo Blue Mountains", declaró el comisionado del Servicio Rural de Bomberos, Shane Fitzsimmons.

"Los fuertes vientos están complicando mucho las cosas a los bomberos, a los hidroaviones y están aumentando la intensidad del fuego", agregó el comisionado. Los bomberos declararon la alerta máxima en la localidades de Minmi y Gateshead, al oeste y sur de Newcastle, donde por la mañana se declaró un nuevo fuego a unos 162 kilómetros al norte de Sidney.

También fue declarada la alerta en Springwood, la localidad de Blue Mountains donde la semana pasada quedaron calcinadas más de 200 casas, y en la que el viento comenzó a esparcir las brasas. Las autoridades aconsejaron a los vecinos de Blue Mountains que no estén preparados para defender sus casas del fuego que abandonen la zona, y a los que se queden que vigilen las brasas y sigan las indicaciones de los bomberos.

Varios vecinos de Springwood alertaron en medios locales que el fuego se encuentra a unos 200 metros de una de las casas de una calle de la localidad. En Minmi, donde evacuaron la escuela, los bomberos trabajan para evitar que un fuego que se declaró hoy se acerque a la ruta M1, que une a las ciudades de Sidney y Brisbane.

Los bomberos se prepararon "para lo peor" ante los pronósticos de viento de hasta cien kilómetros por hora en la regiones de Gran Sidney y Blue Mountains donde, además del de Springwood, arden otros fuegos en Mount York, cerca de Blackheath y Mount Victoria; y el de State Mine, cerca Lithgow. Más de un centenar de habitantes en Blue Mountains huyeron de sus casas a los refugios que estableció el gobierno estatal ante el peligro de incendio.

Al mismo tiempo, los bomberos luchan contra otro gran frente en Balmoral, en la región de Southern Highlands, a unos 100 kilómetros al suroeste de Sidney. Más de 3.000 bomberos y 367 camiones cisternas trabajan en Nueva Gales del Sur contra unos 69 incendios activos, de los cuales 29 de ellos arden sin control, aunque este número varía constantemente.

Hasta el momento 120.000 hectáreas fueron arrasadas o están en llamas en Nueva Gales del Sur, donde fue declarado el estado de emergencia el domingo pasado. Esta crisis de incendios, que comenzó hace siete días, es la peor en 45 años en la región donde, además de los daños materiales, un hombre de 63 años murió de un infarto tratando de proteger su casa cerca de Lake Munmorah, a 124 kilómetros al norte de Sidney.

De acuerdo a las cifras provisionales divulgadas hoy por el Consejo de Aseguradoras de Australia, los daños provisionales de los incendios superan los 110 millones de dólares.