En el marco de una enorme expectativa local e internacional y bajo estrictas medidas de seguridad, el primer ministro palestino, Rami Hamdallah, del partido Al Fatah, cruzó junto a sus ministros el paso israelí de Erez hacia la Franja de Gaza, en una esperada visita en la que se reunió con el líder del movimiento islamista Hamas en la región costera, Ismail Haniyeh.

La reunión consagra la prometida unidad entre Al Fatah, que hasta ahora controlaba Cisjordania, y Hamas que controlaba la Franja de Gaza, tras siete años de lucha fratricida.

"Esta reunión ministerial establecerá las bases para una nueva era en la reconciliación palestina y conducirá a la unidad", afirmó el jefe del Ejecutivo minutos después de cruzar la valla fronteriza.

"Gaza es una parte esencial en el amplio proyecto nacional palestino. No puede haber un Estado palestino en el futuro sin la Franja", agregó Hamdallah, buscando despejar las dudas de una población sometida en los últimos siete años a la férrea disciplina de Hamas.

Haniyeh, que hasta la formación del gobierno de reconciliación, el pasado junio, fue el primer ministro en Gaza, calificó la reunión interpalestina como "un momento excepcional" que "expresa el interés que se ha puesto en lograr la reconciliación de Palestina y del pueblo palestino".

El responsable de Hamas reclamó el fin del bloqueo israelí e insistió en la necesidad de recuperar la actividad del Parlamento palestino y de reformar la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) para que dé lugar a otros grupos.

Ambos líderes prometieron mantener contacto, trabajar para fortalecer la reconciliación, unificar todos los servicios civiles y de seguridad y apoyar al gobierno en su misión, que incluye la convocatoria de elecciones.

La reunión fue celebrada por un amplio arco político palestino, entre ellos por el vocero de Al Fatah Osama al-Qawasmi, que la calificó como "un paso importante para mantener la unidad nacional palestina".

Se trata de un "importante mensaje a quien corresponda de que el presidente Mahmud Abbas y todas las otras facciones palestinas son inflexibles para seguir adelante con la unidad nacional como una etapa importante en el camino hacia la independencia y la libertad ", agegó Al Qawasmi.

En la misma línea, un comunicado del movimiento islamista palestino Jihad Islámica, señaló hoy que el grupo "da la bienvenida a los ministros del gabinete y la reunión que un paso para fortalecer la unidad y deshacerse de la rivalidad que tan profundamente dañó al pueblo palestino".

"La unidad es una garantía para anular todos los pretextos utilizados por aquellos que quieren mantener un estado de desacuerdo y frustrar los esfuerzos para reconstruir la Franja de Gaza y terminar con el sufrimiento de las personas desplazadas," escribió el líder de la Jihad Islámica, Khalid Al-Batsh en su página de Facebook.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) también aplaudieron en hecho en declaraciones por separado, en las que describieron la reunión como un paso crucial hacia el fin de la rivalidad y la aplicación del acuerdo de reconciliación.

Por otra parte, los Comités de Resistencia dieron la bienvenida a la visita del gabinete palestino e instaron al gobierno de consenso nacional a que "rápidamente presente planes y programas para mejorar las condiciones económicas y de vida de los residentes de Gaza", según informó la agencia de noticias palestina Ma 'an.

Hamdallah se convirtió en el mas importante funcionario de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en visitar a Gaza desde que 2007, cuando Hamas tomó el control de la Franja, de donde expulsó por la fuerza de las armas a los miembros de Al Fatah.

Desde entonces, Gaza está sometida a un bloqueo económico y un férreo asedio militar israelí que pauperizó a su población y la dejó enclaustrada, hasta el punto que ni siquiera podían entrar o salir los ministros.

Esta situación cobró niveles aún mas dramáticos con la ofensiva militar israelí "Filo protector", del 8 de julio al 26 de agosto últimos, en la que murieron más de 2.100 palestinos, tres cuartas partes de ellos civiles, y fueron destruidas 7.000 viviendas, escuelas hospitales y mezquitas, mientras más de 100.000 personas han quedado sin hogar y más de 11.000 sufrieron heridas.

La escala de esta tragedia fue percibida por primera vez hoy por Hamdallah y sus ministros durante una visita a la localidad de Beit Hanun, una de las más castigadas por la ofensiva, y el barrio gazatí de Shuahiye, en el este de la ciudad, que se encuentra totalmente arrasado.

"Es una imagen muy dolorosa que nos hace temblar. Nuestro gobierno asumió la responsabilidad de buscar y lograr toda la ayuda posible de nuestros amigos árabes, pero también de Europa, China y Latinoamérica", afirmó Hamdallah.

"El objetivo primordial es conseguir las donaciones suficientes para poder ayudar a la población y reconstruir Gaza", agregó el primer ministro palestino, que viajará el domingo a El Cairo para participar en una reunión de donantes en la que se estudiarán los mecanismos y la financiación del proceso que requerirá de unos 4.000 millones de dólares.

Israel ha impedido hasta ahora la llegada a Gaza de muchos tipos de materiales de construcción y otros bienes, por temor a que los islamistas puedan usarlos para fabricar cohetes y otras armas.

Esta reunión en Gaza busca tranquilizar a los donantes y que los fondos prometidos para Gaza no lleguen a Hamas, considerado por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea un grupo "terrorista".