Pinzón dijo que Santos ya le había manifestado su preocupación por la situación y señaló que "se está analizando la información" para determinar la procedencia del espionaje con el apoyo de expertos internacionales procedentes de España, Corea del Sur, Israel y Reino Unido.

"El señor presidente me manifestó hace varios días esa preocupación que tenía sobre la intervención de sus correos. Me parece que es un tema delicado y por eso entramos a analizar e investigar esta situación para neutralizar cualquier acción en contra del presidente de la república", sostuvo el ministro.

Un diario de Bogotá reveló este domingo que los mensajes de la cuenta personal del mandatario que fueron interceptados "no son sobre temas de gobierno, sino que se trata de dos comunicaciones personales de Santos".

Uno de ellos tiene que ver con "un posible negocio de obras de arte, que finalmente no se concretó" y otro con "giros de dinero hechos por el mandatario para cubrir la matrícula de su hija que estudia en una universidad del exterior".

Según la investigación, en la Casa de Nariño se han extremado los protocolos de seguridad del jefe de Estado y de otros altos funcionarios de su gobierno para evitar nuevas intervenciones.

La denuncia del medio se suma a la hecha por la revista Semana a principios de este mes, cuando desató una controversia en Colombia luego de revelar que al menos tres miembros del equipo negociador del gobierno en el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron espiados por militares.

Semana indicó que la intercepción de correos electrónicos fue hecha por la unidad de inteligencia militar, denominada "operación Andrómeda", que funcionaba en un restaurante y un centro de informática en un sector comercial de la capital colombiana.

Santos dijo inicialmente que el espionaje puede obedecer a maniobras de "fuerzas oscuras" que supuestamente pretenden sabotear las negociaciones entre su gobierno y las FARC.

Sin embargo, matizó sus palabras cuando el Ejército le confirmó que desde esa fachada sí se realizaban tareas encubiertas, aunque sin efectuar un espionaje ilegal.

Aunque no se confirmó si los negociadores, además de varios periodistas internacionales que cubren las negociaciones y algunos líderes de izquierda, fueron espiados o no, el gobierno tomó las primeras decisiones sobre el caso.

Los principales jefes de la inteligencia militar, los generales Mauricio Zúñiga y Jorge Zuluaga, fueron relevados de sus cargos, mientras que la investigación quedó en manos de la Fiscalía General.

Entretanto, el congresista Iván Cepeda, del partido izquierdista Polo Democrático Alternativo, consideró este sábado que si el hackeo al mandatario es cierto, se confirmaría la intención de "lesionar gravemente el proceso de paz".

"Lo que se confirmaría sería que `Andrómeda` tuvo dimensiones considerables y que allí habría un grupo de miembros del Ejército actuando de manera autónoma para lesionar gravemente el proceso de paz", indicó Cepeda.