Corea del Norte anunció que su nuevo líder Kim Jong-un es el nuevo "comandante supremo" del Ejército norcoreano. El nombramiento se produjo luego que la semana pasada, el diario norcoreano Rodong Sinmun se refiriera al hijo del fallecido Kim Jong-il con ese título.

La decisión, una de las señales más claras de que Kim Jong-un se consolidó en el poder, se tomó durante la reunión celebrada este viernes en el Buró Político del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte. Tras la reunión del Comité Central "todos los participantes se pusieron en pie para darle la bienvenida con un aplauso entusiasta".

La reunión proclamó que "el querido respetado Kim Jong-un, vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores, asume la Comandancia Suprema del Ejército Popular de Corea del Norte".

La jefatura suprema del Ejército norcoreano es uno de los títulos que ostentaba Kim Jong-il, junto con el de secretario general del Partido de los Trabajadores y el de presidente de la Comisión de Defensa Nacional, cargos que se espera también asuma pronto su hijo y sucesor Kim Jong-un.

En la reunión del Comité del viernes se subrayó además que se mantendrá a Kim Jong-un "como el único centro de la unidad, la cohesión y el liderazgo del Partido de los Trabajadores, que con devoción lo defiende política e ideológicamente y le da plenos derechos de todo el poder político e ideológico".

Pese a no haber realizado el servicio militar, el fallecido Kim Jong-il fue desde 1991 comandante supremo del poderoso ejército norcoreano, un cargo clave para liderar el país.

El viernes, el régimen comunista norcoreano emitió el primer comunicado oficial desde el fallecimiento de Kim Jong-il para anunciar que con Kim Jong-un, Pyongyang mantendrá la línea política firme de su padre y que endurecerá sus relaciones con la vecina Corea del Sur.

La estratégica Comisión de Defensa Nacional declaró a través de un comunicado que ni "los necios políticos de todo el mundo" ni las "marionetas" de Corea del Sur deben esperar cambios políticos en la nueva era que se abrió en el Norte.

Las dos Coreas se encuentran técnicamente en guerra, ya que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 se cerró con un armisticio y no con un Tratado de Paz.