Ya existe acuerdo sobre un "plan de acción" (Readiness Action Plan/RAP), con el que la OTAN quiere mostrar su presencia en los países miembro orientales y aumentar, allí, su capacidad de reacción.

El plan incluye un sistema de disposición de tropas rotativo, el establecimiento 'in situ' de centrales de comando y el posicionamiento de equipamiento militar para el caso de necesidad.

Además, las tropas de la OTAN deberían ser capaces de asistir a un país en el plazo de horas.

Y todo ello sin poner en riesgo un acuerdo entre la alianza atlántica y Rusia, que contempla que no habrá estacionamientos "sustanciales" y "permanentes" de la OTAN en el este de Europa.

Así lo anunció el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, quien agregó que la OTAN va a responder "a todos los desafíos de seguridad, con independencia de donde surjan", es decir también desde el flanco sur, como reclamaron España, Italia y Grecia, refiriéndose al peligro de ataques del EI, según fuentes militares aliadas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que quiere, “en lo posible, reunir de los aliados promesas precisas y vinculantes de más gastos para defensa”.

Las finanzas también se podrían convertir en un problema importante para el nuevo secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, quien en la cumbre asumirá oficialmente el cargo como sucesor del danés Rasmussen.

En medio de estas preocupaciones, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo hoy que la OTAN debe mantener los acuerdos vigentes con Rusia, pese a la situación que se vive actualmente en Ucrania y las preocupaciones que existen en los países bálticos.

Agregó que hay que tomar en serio dichas preocupaciones y mejorar la capacidad de reacción de la Alianza Atlántica en la región, pero dentro del espíritu de los acuerdos con Rusia.

"No se deben cambiar los acuerdos vigentes con Rusia, pero eso no quiere decir que no se tome en serio el deseo de los países bálticos de una mejor capacidad de reacción de la OTAN en la región", dijo Merkel.

Para mejorar esa capacidad de reacción, agregó, se deberán tomar una serie de medidas en la cumbre.

Las acciones de Rusia desataron ante todo en los miembros del este de la alianza -desde Estonia, Letonia y Lituania, pasando por Polonia hasta Rumania- el temor de una nueva operación militar rusa para una presunta protección de los intereses rusos.

En una de sus últimas apariciones como presidente de la Comunidad Europea (CE), participarán José Manuel Barroso, y la responsable de la política exterior europea, Catherine Ashton.

También se harán presentes el nuevo presidente de la CE, el polaco Donald Tusk y la socialista italiana Federica Mogherini, quien suplantará a Ashton.

Tras varios cambios, la OTAN volverá al objetivo primitivo del año de su creación en 1949: garantizar la seguridad de cada uno de los miembros de la alianza a través de la legítima defensa colectiva.

Este principio rigió hasta la caída del Telón de Acero en 1989, en el marco de la Guerra Fría. Cuando el Pacto de Varsovia se resquebrajó, la OTAN se sumió en una especie de crisis existencial.

Desde mediados de la década de 1990, la alianza se entendió como un actor de seguridad que operaba a nivel global, Rusia era visto como un socio, no como un rival y se descartaba la posibilidad de una guerra en Europa.