La cumbre panameña, que será el 10 y 11 de abril, abre la chance seria de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro como integrantes de un mismo foro, y representa también un triunfo de varios países de la región que volvieron a amenazar con no asistir si Cuba no era invitada.

La vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo de Alvarado, confirmó hoy que Cuba estará en su país con una delegación “al más alto nivel" y reseñó que otros seis países ya respondieron que irán a la Cumbre “a tan solo unos pocos días de haber entregado formalmente las invitaciones”.

En un correo electrónico enviado a las agencias internacionales presentes en Miami -donde asistió al foro Futuro de las Américas, y que celebró los 20 años de las cumbres continentales-, Saint Malo de Alvarado destacó que Panamá “está trabajando para que los jefes de Estado y de gobierno de los 35 países de América, desde Chile hasta Canadá, estén presentes”.

“Aún en la heterogeneidad de la región, son más los temas que nos unen y son estos en los que nos vamos a concentrar. Para hacerlo, toda América debe estar presente", dijo la canciller.

Históricamente, Washington rechazó la presencia de Cuba en el foro regional, que se celebra desde 1994 bajo el patrocinio de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero en los últimos años prácticamente todos los países latinoamericanos reclamaron la inclusión de La Habana.

De hecho, en la última Cumbre de las Américas, celebrada en la colombiana Cartagena, en 2012, varios países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) amenazaron con boicotear el encuentro si no asistía Cuba, que la pasada semana recibió la invitación oficial de Panamá.

EEUU y Canadá se opusieron a la presencia de delegados cubanos en Cartagena, y Bogotá explicó entonces que invitaría a la isla solo si hubiera consenso total.

Cuba fue excluida de la OEA en 1962 a propuesta de Estados Unidos, después de que Fidel Castro declarara el "carácter socialista" de la Revolución, y aunque el organismo levantó en 2009 la sanción, La Habana rechazó volver a las deliberaciones, porque considera a la organización un “instrumento” al servicio de  Washington.

Aunque Saint Malo de Alvarado no aseguró que Castro fuera a estar en el itsmo, ni EEUU confirmó la asistencia de Obama, el dato de que Cuba irá con una delegación de “alto nivel” permite especular con un encuentro entre ambos mandatarios, que se saludaron en diciembre del 2013 en los funerales de Nelson Mandela.

La diplomática destacó que “tener a los 35 países de la región en una misma mesa, unidos debatiendo sobre temas en común, además de un gran logro y satisfacción para Panamá, sería un logro para las Américas".

En octubre, el vicesecretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, John Feeley, evaluó que el foro debe "escuchar la visión de Cuba", lo que significa una postura mucho más flexible que en el pasado, que parece responder a una creciente corriente en favor de flexibilizar las medidas contra la isla en general y de levantar el bloqueo en particular.

También el secretario de Estado, John Kerry, pidió que la Cumbre de las Américas se centre más en el contenido que en las personas. "Debemos ir más allá del eterno debate de quiénes serán los asistentes, quién viene. Y debemos enfocarnos en la sustancia de los asuntos de la cumbre, que serán cruciales para, a la larga, construir un futuro mejor para las Américas", afirmó.

El tema de la VII Cumbre de las Américas es "Prosperidad con Equidad, los desafíos de la cooperación en las Américas", y la reunión girará sobre los ejes de salud, educación, medioambiente, energía, seguridad, migración, gobernabilidad democrática y participación ciudadana.

Además, en paralelo a la cita continental, habrá cuatro foros que reunirán a la sociedad civil, a jóvenes, a empresarios y a rectores de universidades del continente, según información oficial.