Al menos catorce personas murieron a causa del tifón Koppu, en Filipinas, según informaron los equipos de emergencia tras comenzar los operativos de rescate y limpieza de las zonas afectadas por el fenómeno meteorológico, en tanto dos personas continúan desaparecidas y unas veinte mil permanecen evacuadas.

En uno de los accidentes más graves registrados, siete personas fallecieron al volcar una lancha motora en las costas de Iloilo City, a 460 kilómetros de Manila, según informaron los guardacostas. El barco, del que fueron rescatas 32 tripulantes y dos permanecen desaparecidos, había salido del puerto el domingo cuando fue alcanzado por un oleaje muy violento y vientos de altas velocidades.

El tifón alcanzó tierra el domingo, obligando la evacuación de más de veinte mil personas, derribando árboles y causando cortes en el fluido eléctrico, además de la suspensión de vuelos y viajes en barco. A pesar de haberse debilitado durante el fin de semana, el tifón seguía esta madrugada sobre el norte del país alcanzando vientos máximos de 120 kilómetros por hora, según la estación meteorológica. 

La lenta velocidad del avance del fenómeno supone que, por donde pasa, causa muchos más destrozos e inundaciones que si lo comparásemos con un tifón que avanza a una velocidad más rápida. El ejército, la policía y otros equipos de emergencia fueron destinados a Nueva Écija, una provincia arrocera, donde las inundaciones llegaron a alcanzar los tejados de las viviendas.