"Es una historia sobre el amor, la amistad, los procesos de maduración y los celos, que tiene unos personajes increíbles que me apasionaron", confesó Colker durante una entrevista.

Capaz de describir a las cinco criaturas que escogió para saltar de la literatura a la danza, repasó que "Pushkin es un escritor que se apasiona, sufre, interfiere con sus personajes; Oneguin, un dandi, fascinante, aburrido, intrigante, angustiado; Lensky, el poeta que cree en el hombre y en la naturaleza; Olga, la hermana superficial, ligera, que haría cualquier cosa para salir de aquel lugar; y Tatyana, introspectiva, inteligente, profunda, que alcanza una transformación impresionante".

Narrado como cuento sin lugar específico ni tiempo, "Tatyana" muestra su origen ruso a partir de las músicas de Rachmaninov, Tchaikovsky, Stravinsky y Prokofiev.

A través del correo electrónico, la coreógrafa indicó que "la manera que escogí para conectar mi espectáculo con Rusia fue a través de la música. Todos esos compositores influenciaron todo lo que se está haciendo en música ahora en el mundo y son composiciones clásicas en el sentido de que traspasan el tiempo, fueron compuestas en el siglo XIX pero son atemporales y universales".

En el mismo sentido, abundó que "la música fue mi gran maestra en este espectáculo, principalmente el segundo acto fue concebido a través de la delicadeza del concierto de Rachmaninov, que es el primer concierto que incluí completo en una de mis obras y a través de él terminé de contar la saga de 'Tatyana', a través de los cinco sentidos".

La reconocida bailarina, que en 2009 creó la puesta "Ovo" (huevo) para el Cirque du Soleil, resaltó la decisión de elegir a "Tatyana" para volver a la Argentina porque en ella "están contenidos los focos importantes de mi trabajo: la investigación de la relación movimiento-espacio, darle intención al espacio y cargarlo de sentido".

"'Tatyana' -insistió- es producto de la madurez de la compañía y nos permitió conectar el mundo clásico y el mundo contemporáneo, traer otros acontecimientos para dialogar con la danza y dejarse llevar por la música, la historia, la geografía y colocar todo en el cuerpo".

La compañía que desde 2012 cuenta con dos bailarinas argentinas: Amalia Alzueta (formada en el Teatro Colón y ex integrante del Ballet Estable) y Sheila Lokiec (que formó parte del taller de danza contemporánea del Teatro San Martín y del Ballet del Mercosur), en estos 10 años sin venir por aquí generó los títulos "No" (2005), "Dínamo" (2006), "Cruel" (2008), "Tatyana" (2011) y "Belle" (2014).