A San Lorenzo le quedó lejos la oportunidad de ganar el partido más importante de su historia. A Real Madrid le alcanzó con poco fútbol para ganarle 2-0, evitar el milagro y quedarse con el Mundial de Clubes. Los goles le llegaron a los campeones de Europa en los momentos justos, es cierto: Sergio Ramos, a los 37 minutos del primer tiempo, y Gareth Bale conquistó el segundo apenas comenzado el segundo tiempo. Pero, más allá de eso, Bauza fue conservador en los cambios (puesto por puesto) y su equipo sólo inquietó a Iker Casillas en un par de oportunidades.

Como se especulaba en la previa e indefectiblemente por los nombres y la calidad de sus jugadores, el dominio desde el arranque fue del Real Madrid, que al minuto avisó cuando Mercier perdió una pelota cerca del área ante la precisa marca de Toni Kroos. El alemán abrió a la izquierda para Cristiano Ronaldo y el portugués puso la pelota en el punto del penal para Benzema, quien no llegó a desviarla.

Ortigoza, infiltrado antes de comenzar el encuentro por una lesión en el talón de Aquiles, no pudo manejar el tiempo de juego en el medio campo. Mercier cortó las subidas de Isco y Cristiano por el centro del campo pero aportó más al esquema defensivo que ofensivo. San Lorenzo padeció la falta de claridad de ambos.