El rosarino, de 26 años, vinculó esa dolencia -sexta en 2013- con el infortunio, al creer que "pasó porque tenía que pasar", y negó un cambio en su plan de entrenamiento de cara al Mundial Brasil 2014.

Además, desligó la sucesión de lesiones con la abundancia de partidos jugados en Barcelona como también de los viajes y las exhibiciones que realizó durante el receso vacacional.

"Se pueden decir muchas cosas, pero mi lesión fue algo casual. No hay que buscar cosas raras donde no hay, todo lo que se dice son inventos. No creo que sea para tanto", declaró el astro en una nota concedida al diario Olé.

En la misma línea, Messi declinó que las roturas musculares obedezcan a un cambio de "alimentación" y explicó que la distancia tomada con el fisioterapeuta de Barcelona Juanjo Brau se produjo por un ascenso laboral dentro del club catalán.

"Mi alimentación fue siempre la misma y para que sepan todos: Juanjo sigue siendo el fisioterapeuta del Barcelona con mayor responsabilidad porque lo pusieron como jefe. Eso lo hace crecer en su vida personal y yo no le voy a decir que no, o cortarle la posibilidad", aclaró.

De cara al Mundial del año próximo, el capitán del seleccionado argentino aseguró: "No tengo nada que cambiar, cuando llegue el momento, me voy a entrenar para una competencia tan importante".

Por último, Messi dudó sobre si cumplirá una parte de su rehabilitación en Argentina y advirtió que regresará a las canchas "cuando el cuerpo diga" que se encuentra en condiciones.

Después de la lesión ante Betis, el comunicado oficial de Barcelona estimó una recuperación de seis a ocho semanas.