Los seleccionados de fútbol de Argentina y Brasil se enfrentan en el estadio MetLife o New Meadowslands, de Nueva Jersey, por lo que ya es el primer superclásico sudamericano que se juega en los Estados Unidos.

En el arranque del encuentro, que presenta un marco extraordinario (se agotaron las 82.566 localidades que se pusieron a la venta), el seleccionado brasileño estuvo mejor parado en el campo y mostró mucha ambición ofensiva.

Un Neymar motivado tuvo dos chances de gol en los primeros 10 minutos, con dos remates de media distancia que intimidaron pero carecieron de precisión y se fueron cerca de la valla defendida por Sergio Romero.

Ante la presión de Brasil, Argentina se vio obligada a jugar de contragolpe, pero la conexión entre Di María, Messi e Higuaín no funcionó.

La superioridad brasileña se plasmó en el marcador los 22 minutos, cuando una jugada de pelota detenida cayó en el área albiceleste y Rómulo puso el 1-0 con un remate que Romero no pudo desviar.

Cuando Argentina peor la pasaba, el partido dio una vuelta de 180 grados por la aparición de Messi, que en un par de minutos cambio la historia: a los 30 quedó mano a mano y no perdonó; cuatro minutos después volvió a quedar cara a cara con el arquero brasileño, lo volvió a someter y puso el 2-1.

Tras el descanso, el conjunto brasilero aprovechó y Oscar a los 10 del complemento igualó nuevamente el encuentro tras un desajuste defensivo por parte de Argentina.

Quince minutos después, un error del arquero Romero logró que Hulk anote y ponga en ventaja al conjunto de Mano Menezes, que aprovechaba de buena manera los errores de la última línea de los dirigidos por Sabella.

Sin embargo, Federico Fernández saltó más alto que la defensa brasilera tras una gran ejecución de un tiro de esquina por parte de Sergio Agüero y volvió a empardar las acciones.

Y a falta de cinco minutos para que termine el juego, nuevamente la estrella, nuevamente Líonel Andrés Messi colocó el 4-3 con un zapatazo desde afuera del área para que el balón ingrese en el ángulo derecho de Rafael.