El técnico de Banfield, Matías Almeyda, contó cómo lo afectó la depresión durante su carrera futbolística y reconoció que siempre la tuvo pero que nunca decidió tratarse. "Tuve que dejar el fútbol para darme cuenta de que no podía seguir así", afirmó.

"Creo que la depresión la tuve siempre y la detecté recién a los 26 o 27 años, pero nunca quise tratarme por un profesional. Tuve que dejar el fútbol para darme cuenta de que no podía seguir así", aseguró Almeyda a la revista la Garganta Poderosa.

Ante ese problema, el ex entrenador de River comentó que debía cambiar el rumbo de su vida porque su familia estaba en juego. "Yo soy padre de tres hijas, tengo a mi mujer, a mis papás, a mis hermanos... A mis sobrinos. Y realmente estaba transmitiendo algo muy feo hacia ellos", señaló.

"Hubo una gota que rebasó el vaso. En el psicólogo, mi hija me dibujó como un león viejo, sin pelos ni dientes. Y realmente me dolió que ella me viera de esa manera. Uno a veces es un poco egoísta y piensa sólo en uno, pero a partir de ahí tuve un cambio grande", detalló.

Almeyda explicó el día a día de su etapa más dura en el fútbol. "Llegó un momento en el que no podía más, no tenía fuerzas para levantarme de la cama. Y en esa mejora, mi señora fue clave, para que cambiara mi forma de ser. El dibujo de mi hija y la preocupación de toda mi familia, de los que están en los momentos buenos y malos, me llevaron a hablar con una psicóloga".

El entrenador de Banfield responsabilizó a la prensa de la presión que sufrió en su carrera. "En el fútbol hay un millón de periodistas y tienen que cumplir todos los días con un montón de notas, de las cuales un 90 por ciento dice mentiras y ahí está el grado de presión. Sin embargo, quien hace las cosas con cariño, honestidad y amor, muy pocas veces es valorado. Pero si vos tenés valor, que es lo más lindo que se puede tener, lo que digan te tiene sin cuidado", concluyó.