Delegados sindicales habían anticipado mediante un comunicado la medida de fuerza que se inició a las 5 y que impide la circulación de los trenes subterráneos en la Línea B "por tiempo indeterminado". El pasado 1 de octubre habían llevado a cabo un paro similar, interrumpiendo el recorrido durante casi cuatro horas. En ese momento, consignaron sus voceros, el Gobierno porteño les había prometido una mesa de diálogo para resolver el problema "en cuarenta y ocho horas", pero "todavía nos tienen esperando". Mientras tanto, la Justicia emitió una orden de desalojo que los trabajadores decidieron desoír.

Los trabajadores reclaman el pago de una deuda salarial, como la reincorporación a los puestos de trabajo y denuncian que en el mes de septiembre cobraron una suma inferior a lo que corresponde de los sueldos. "Las empresas contratadas por el Gobierno de la Ciudad no quieren respetar el convenio rama subterráneo, que establece la jornada coherentemente con la insalubridad reconocida en el ámbito del subte", explicaron en un comunicado.

Además, denunciaron jornadas laborales de doce horas "en un lugar insalubre" y que "encima pagan miseria y les roban lo que trabajan", aseguraron. "Reiteramos nuestros pedidos y exigimos el cumplimiento inmediato del convenio de vigiladores rama subte", concluyeron. Por su parte, la empresa concesionaria informó que quienes bloquean el servicio "no son empleados de Metrovías, sino que pertenecen a una empresa de seguridad privada que ya no presta servicio alguno en el ámbito del subte". 

En tanto, el fiscal Norberto Brotto emitió una orden de garantizar el servicio de la Línea B, anunció por Continental el subinspector policial Balmaceda. Sin embargo, los trabajadores decidieron desoír la orden, lo que sube la tensión en el lugar.