Alberto Trímboli es coordinador del Sector de Adicciones del Hospital Alvarez, institución pionera en tratar la dependencia de la tecnología.

“El límite entre la adicción y el uso normal de la tecnología es difuso: no depende del tiempo de conexión, sino de que el uso del dispositivo se vuelva el centro de la vida de una persona que deja de lado aspectos importantes de la vida como el trabajo, el estudio, la familia y la vida social”, explica. Según reflexiona, “la tendencia está claramente en aumento; lo que sucede es que al estar tan generalizado el uso de la tecnología como algo socialmente aceptado, está muy poco reconocida la posibilidad de que genere una adicción”.