Ya está. El atropello a la honestidad de los argentinos honestos ya está plenamente consumado. El boletín oficial publicó la promulgación de la ley 26.860. Ya está. La carcajada del gobierno en la cara de la gente honrada rige por tres meses a partir de ahora. Hay que recordar este número: 26.860. Es la ley que debería avergonzarnos a los argentinos bien nacidos. Es una puerta abierta para todos los hombres de mala voluntad que quieran traer su dinero sucio al suelo patrio. Es la institucionalización de una gigantesca maquinaria lavadora de la plata del delito.

Se blanquea lo negro, los trapos sucios. Se lava lo sucio. Los dólares producidos por la industria de la evasión impositiva, de las coimas, del narcotráfico, el contrabando y otro tipo de disvalores que el gobierno actual celebra con lo que llama en el orgasmo del eufemismo: “ley de exteriorización voluntaria de la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior”. Es la ley de la vergüenza. Es un traje a medida de las necesidades de los delincuentes aprobada con la mano levantada de 130 diputados del kirchnerismo y los alrededores. Serán acusados de infames traidores a la patria por varios legisladores. Es una ley que celebran con champagne todos los malandras y que le amarga la vida a todos los ciudadanos honrados que hacen un esfuerzo fenomenal para pagar hasta el último centavo del último impuesto. Transformaron en ley al pito catalán a la ética. Le han mojado la oreja a los boludos que cumplen con sus obligaciones como contribuyentes. Hoy fue promulgada. Ya rige. Ya está.

La tenemos adentro. A la ley, se entiende. Es ese remedio que no le gusta tomar al diputado Héctor Recalde pero que lo toma porque dice que es necesario. Disciplina partidaria. Es el último aporte que le hizo a la legislación vigente el jefe del bloque del Frente para la Victoria antes de convertirse en ministro de Defensa. ¿Usted vió como se abrazaba Agustín Rossi con el Cuervo Larroque y Carlos Kunkel cuando la aprobaron? ¿Qué festejaban ¿ El ascenso a primera de Rosario Central? ¿Una ley que le pone impuestos a la renta financiera? ¿La creación de cientos de fuentes de trabajo? ¿Algo revolucionario, alguna ampliación de derechos para todos y todas? No. Los presuntamente rebeldes, gritaban y saltaban felices por el triunfo de la ley de blanqueo del dinero negro y el verticalismo. Sapos para todos y todas. Aceite de ricino que se toma en nombre de la defensa de los intereses nacionales y populares. Ese día se enojaron con el diputado Gerardo Milman pero no pudieron responder su pregunta inquietante.

¿Qué hizo Cristina, la presidenta de la Nación en su misterioso viaje a las Islas Seychelles? ¿No tenemos ninguna relación comercial ni diplomática con ese paraíso fiscal y nuestra presidenta estuvo allí, no se sabe bien para que? Fue uno de los lugares que nombró Federico Elaskar el capo de La Rosadita en el programa de Lanata.

¿Fue a descansar? Estuvo del 21 al 23 de enero en su capital que se llama Victoria. ¿Será ese el Frente para la Victoria de Seychelles? No sabemos. El gobierno no sabe no contesta. Y encima se ofende. Y de paso, al día siguiente, la AFIP eliminó a esas islas repletas de playas hermosas y dinero sucio de la lista de paraísos fiscales.

Solo le pido a Dios que la mentira no me sea indiferente. Por eso pido que alguien explique donde está el costado progresista y popular del segundo blanqueo, una alfombra roja tendida para los atorrantes de todo tipo. ¿Cuál es el costado revolucionario de salvar a Lázaro Báez pòr segunda vez de sus bóvedas ocultas y sus balanzas para pesar euros robados a todos los argentinos que deposita en Suiza? ¿En que se beneficiaron los laburantes de La Matanza, por ejemplo? ¿Es una forma de cuidar que la figura de Néstor y Cristina no se salpiquen tanto con esta mina de megacorrupción a cielo abierto que instalaron? Pregunto.
 
Es la ideología del espasmo y del espanto. Del pragmatismo y la desorientación disfrazada de progresismo. Pasaron de un saque del traje a rayas para los evasores que había recitado Néstor Kirchner a premiar con medalla y besos a los estafadores. Ladriprogresismo que permite que ganen mas plata mas fácil los mas truchos. Justo en el momento en que la sociedad esta exigiendo que dejen de robar, se abren las puertas a todos los testaferros. La presidenta se queja de la corruptela judicial. Pero todo esto tiene un solo nombre: inmoralidad de estado.