El Vaticano pidió hoy no deducir "consecuencias relativas a enseñanzas de la Iglesia" en las llamadas telefónicas que realiza el papa Francisco y advirtió que la difusión del contenido de esas conversaciones privadas puede provocar "confusión".
 
El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, diferenció las llamadas personales del pontífice de su actividad pública, tras la polémica suscitada a raíz de que una mujer de Santa Fe casada con un divorciado dijo que el Papa la llamó para autorizarla a recibir la comunión.
 
"Hay que evitar deducir de esta circunstancia consecuencias relativas a la enseñanza de la Iglesia", aseveró en un comunicado el vocero vaticano.
 
Lombardi aclaró que esas comunicaciones telefónicas del pontífice son parte de sus "relaciones personales pastorales".
 
"Como no se trata absolutamente de la actividad pública del Papa no hay que esperar informaciones o comentarios por parte de la Oficina de Prensa", agregó.
 
El vocero sostuvo que "las noticias difundidas sobre esa materia, ya que están fuera del ámbito propio de las relaciones personales, y su amplificación mediática, no tienen por lo tanto confirmación alguna de fiabilidad y son fuente de malentendidos y confusión".
 
Ayer, el sacerdote José Ceschi, de la localidad de San Lorenzo, provincia de Santa Fe, descreyó que el Papa haya autorizado recibir la comunión a una mujer de esa localidad, como ella y su esposo dijeron esta semana tras recibir una llamada del pontífice.
 
"Es imposible que el papa Francisco le haya dado permiso, es imposible que haya hecho eso", interpretó Ceschi. No obstante, consideró verosímil que el pontífice haya llamado a la mujer en respuesta a una carta para plantearle su situación matrimonial, porque "él sorprende así a la gente".
 
El sacerdote avaló de este modo la decisión de otro sacerdote de esta ciudad santafesina, Sergio Tofful, quien se negó a darle el sacramento de la eucaristía a la mujer, cumpliendo las disposiciones vigentes en la Iglesia.
 
El martes, Julio Sabetta difundió a través de las redes sociales y en declaraciones periodísticas detalles de la conversación que su esposa mantuvo con el Papa.
 
Sabetta dijo que "la mamá de un amigo la incentivó para escribirle porque mi mujer quería saber cómo hacer, porque sentía que le faltaba a la Iglesia si tomaba la comunión".
 
"Ayer sonó el teléfono. Se presentó como el padre Bergoglio, dijo que estaba conmovido por la situación y le pasé con mi mujer. Habló unos diez minutos. Le dijo que es un tema que está tocando en el Vaticano, porque el divorciado que comulga no está haciendo nada malo", precisó.
 
El tema de la comunión de los divorciados en nueva unión civil es motivo de discusión en el Vaticano y el Papa convocó a un sínodo en octubre en el que se analizarán las nuevas realidades familiares y el modo en que la Iglesia debe encarar "con misericordia" esta pastoral específica.
 
Para algunos observadores, la Iglesia se encamina a permitir la comunión a los católicos divorciados en nueva unión, al menos en ciertos casos y bajo determinadas condiciones.