Juan Manuel Martínez llegó del Corinthians de Brasil en enero de 2013 por 3,5 millones de dólares por la mitad del pase. Tuvo el debut soñado, en un amistoso tras golear a Independiente. Había marcado dos de los tres goles del equipo que en ese entonces conducía Bianchi.

Pintaba para figura, quería volver a ser el que fue en Vélez, pero pasó el tiempo y nunca pudo adaptarse al mundo Boca. "Si las cosas no van bien acá, buscaré otro rumbo", decía el “Burrito” hace unos meses. No era tenido en cuenta, no tenía minutos y tampoco estaba en el banco de suplentes. 

Pero todo cambió con la llegada de Arruabarrena. En estos últimos partidos,  Martínez fue clave en la levantada del equipo Xeneize.  

"No es un desahogo, es algo que se viene trabajando", dijo sobre su recuperación futbolística, luego de volver a marcar un doblete, frente a Defensa y Justicia.

Martínez está cambiando la opinión de los hinchas de Boca a fuerza de goles y buenos desempeños. Cerca de su mejor versión, las últimas semanas recuperó su nivel.

Los jugadores de Boca entendieron cómo canalizar las tristezas, sostener las alegrías, imponer la actitud sobre las adversidades. Y dejaron de perder. Y en parte del cambio que produjo Arruabarrena, una porción le corresponde a Andrea Fernández, coach de fútbol, que propone establecer metas y darle al grupo las herramientas para ver dónde quiere llegar y cómo lo va a lograr.

El Burrito logró  cambiar su imagen, y esto le hace bien al fútbolista y al equipo. 




@pablolivsit