“Es la economía, estúpido”, es una frase que ya quedó en la historia y hasta se transformó en un lugar común. La advertencia que recibió Bill Clinton ayuda a explicar con contundencia muchas de las turbulencias por las que está atravesando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Porque ya no queda casi nada en pie de aquel modelo virtuoso que pusieron en marcha Duhalde, Lavagna y Kirchner. Cristina fue derribando uno por uno sus cuatro pilares fundamentales: 1) el equilibrio fiscal. 2) superávit de la balanza de pagos. 3) el control de la inflación y 4) el tipo de cambio competitivo. Es mas grave todavía. Uno de los ingenieros que puso los cimientos de aquel modelo económico, Jorge Remes Lenicov me dijo anoche que en el tema dólar, estamos igual que en las épocas nefastas de Martínez de Hoz y Domingo Cavallo. Y que es muy grave que tengamos un muy bajo crecimiento con alta inflación.

Es la crónica de una crisis económica anunciada. No habrá ningún colapso por suerte y porque la soja, tantas veces humillada y tratada como un yuyo, hoy es una especie de deidad a cuyo altar deberían ir a rezar todos los días los funcionarios de gobierno.

El mundo ha vuelto a crecer. Es al revés de lo que dice la presidenta. Salvo los países del Mediterráneo como Grecia, Italia, España y Portugal, el resto de Europa está mejorando. Estados Unidos, con todos sus problemas va a crecer más que Argentina. Y todos los países de la región van a aumentar su PBI más que nosotros y encima con una inflación moderada. Solo Venezuela y Argentina tienen inflación de dos dígitos. Peor aún. Estamos en el tristemente célebre cuarto puesto de los países del mundo con más inflación y solo nos superan estados muy particulares como Sudán, Sudán del Sur y Bielorrusia.
 
La presidenta utiliza una trampita que ya no engaña a nadie. Sigue comparando las cifras de su gobierno con las del 2001 cuando estábamos en el infierno. Cualquiera que se compare con el infierno sale ganando. Ya pasaron 11 años. Cristina debería compararse con el 2007, año en el que se hizo cargo del timón del país. Y desde ese momento hasta la fecha, todos los indicadores son peores y muestran una caída preocupante. Hay más desocupación, más pobreza, la inversión externa se cayó a pedazos. Y eso tiene un agravante: que Brasil y México reciban mas inversión es comprensible.

Pero que Peru, Colombia y Chile también nos superen es un síntoma de alerta. Demuestra que la extensión de la desconfianza no solamente se expresa en el aumento del riesgo país. Pepe Mujica acaba de refinanciar la deuda de Uruguay a 30 años al 4 %. Evo Morales también paga una tasa similar. Y nosotros no bajamos del 11 o el 12%. Algo está pasando. Las bravuconadas tribuneras con la que el gobierno se manejó en el tema de los fondos buitres desnudo su impericia y ahora va a generar una gran desilusión entre los militantes kirchneristas. Porque les va a costar explicar a su gente los motivos por los que van a tener que pagarle a los que quedaron afuera del canje pese a que con la presidenta a la cabeza anunciaron que nos les íban a pagar un solo peso. El gobierno que mas deuda pagó en la historia, por su infantilismo de pretender ocultar eso bajo una épica revolucionaria y soberana, no recibe ninguno de los beneficios de cumplir con sus obligaciones como está cumpliendo.

El colapso de la infraestructura surge ahora con mucha fuerza porque gran parte del dinero que ingresó se derivó hacia el consumo. Y por eso ahora tenemos un desastre energético que nos va a costar cerca de 12 mil millones de dólares a todos los argentinos el año que viene y rutas y trenes que son uno de los principales motivos de los accidentes. El festival de subsidios poco transparentes fue una locura de 90 mil millones de pesos. El ahorro desapareció, Casi no hay créditos bancarios y se está destruyendo empleo formal. La fuga de capitales fue feroz. Desde 2003 se fueron 80 mil millones de dólares, casi un cuarto del PBI. Las reservas del Banco Central no aumentan desde 2008.

El modelo económico cambió por completo y se agotó. El modelo de Cristina no fue virtuoso. No resuelve problemas, por el contrario, los potencia. Y encima niega su existencia. Una verdadera bomba de tiempo que ojalá no explote en las manos de todos los argentinos. Dice Remes Lenicov que este es el gobierno de las oportunidades perdidas. “Es la economía, estúpido”, le avisaron a Clinton y lo entendió. ¿Lo entenderá Cristina?