¿Escuchó lo que dijo la presidenta de los jubilados anoche por cadena nacional? ¿Escuchó bien? Le pregunto porque yo no lo podía creer. ¿Se habrá equivocado la presidenta? Tal vez se le fueron las palabras de la boca o se habló encima. Es un tema tan doloroso y tan delicado que amerita que todos seamos muy cuidadosos. Cristina comparó a los jubilados con los fondos buitres, asimiló el carácter carroñero de unos con otros. Sería terrible que la presidenta piense así.
 
Demostraría una insensibilidad mayúscula o que vivir en el lujo y nadar entre muchos millones de pesos no le da tranquilidad espiritual. Por el contrario, parece que le potencia la altanería. Que un jubilado reclame el 82% es un argentino que busca justicia. Exige legal y democráticamente lo que le corresponde. Ejerce su derecho. ¿Eso permite compararlo con los buitres que son especuladores sin alma? ¿Eso es un jubilado para Cristina?

Un especulador sin alma que se somete a un abogado carancho. Eso es lo que dijo anoche. Pero me niego a creer que realmente Cristina piense eso cuando piensa en su propia madre. Porque Ofelia Wilhelm, además de ser la madre de la jefa de estado y la abuela de Florencia y Máximo, es una jubilada que le hizo juicio al Anses y que lo ganó con una rapidez notable. ¿Se habrá olvidado Cristina de eso?

¿Hizo Ofelia socialismo con la plata del estado?.¿O se reparó una injusticia? ¿Es buitre el que exige que se cumplan sus derechos? ¿Es carroñero un jubilado? Encima, la presidenta mintió o está muy mal informada. Porque es cierto que hoy hay muchos juicios. Pero antes de que se estatizaran los fondos de pensión, también había reclamos en los tribunales. No es algo contra Cristina. No se ponen de acuerdo los jubilados para conspirar ni desestabilizar a Cristina. Habrá estudios de abogados que ganen fortunas con estos reclamos. Puede ser. Ese es otro tema. Pero el jubilado no se mancha. Todos somos jubilados, señora Presidenta. Al final del camino y antes de morirnos, todos seremos jubilados. Incluso usted, aunque está claro que su futuro no va a depender de un haber jubilatorio. Usted fue previsora. Usted ahorró. Fue una exitosa abogada y pudo construir una fortuna que le va a permitir pasar una vejez tranquila. Pero no todos los jubilados fueron tan afortunados como usted, señora. Debería tener aunque sea compasión por ellos. Viejo es el viento y sigue soplando, dicen en mi barrio.

Levanto como bandera la letra maravillosa de Alejandro Borensztein que cantó Pappo: “nadie se atreva a tocar a mi vieja/ poque mi vieja es lo mas grande que hay”. Toda su vida laburó sin parar, dice la voz aguardentosa del Carpo. Yo mismo le armé las pancartas con las que va a la plaza a protestar porque ya esta harta de que le afanen una y otra vez. Eso dicen y es lo mismo que podríamos decir todos de nuestros queridos viejos. Están hartos de que les afanen una y otra vez. Toda su vida laburaron sin parar. Por eso las marchas de protesta en el Congreso y en Tribunales. Sienten que el gobierno les mete la mano en su bolsillo cuando utiliza los fondos del ANSES para gastarlos en cualquier otra cosa.

¿Cuántos juicios duermen en los tribunales con reclamos justos que muchos viejitos no van a poder ver porque se mueren antes de que salgan los fallos? ¿Cuántos jubilados hay que cobran la mínima que es un cachetazo al sentido común? 7 de cada 10 jubilados cobra 1.879 pesos. Son nuestros padres y abuelos que cobran una suma que no alcanza para nada. Algunos mentirosos le llaman a eso haber jubilatorio. Más justo sería decirle miseria jubilatoria. No por hacer demagogia. Pero si para hacer de vez en cuando, aunque sea, algún llamado a la solidaridad de los funcionarios.

Un alerta. Decir con todas las letras que el primer 82% móvil que necesitan nuestros adultos mayores es en el respeto. ¿Algún gobierno les dará el 82% móvil de respeto? Alguien se preocupará por ellos como lo que son: nuestros padres y los padres de nuestros padres. Nuestras raíces. Si no respetamos su sabiduría como lo hacen hasta las tribus mas antiguas estamos perdidos. Si no logramos que no tengan que hacer colas interminables en los bancos. Si no conseguimos que no tengan que ir a las 4 de la mañana para conseguir un turno en un hospital. Si permitimos que los geriátricos en muchos casos sean pocilgas donde lo único que sobra es el hacinamiento. Si no nos ponemos en el lugar de ellos porque somos ellos, estaremos perdidos.

El que humilla a los jubilados se humilla a sí mismo. A sus antepasados, a los que lo parieron. A la sangre de su sangre.

No se los puede condenar a ser ciudadanos de segunda. Si no es por solidaridad que por lo menos sea por temor. Porque todos vamos hacia allá. Mas temprano que tarde todos vamos a ser jubilados. Un jubilado es una foto de nuestro futuro. Caminan lento pero saben bien hacia donde van. Hablan despacio pero con una profundidad impresionante en sus conceptos. Escuchan menos pero saben a quien deben escuchar. Piden poco. Dignidad para sus manos callosas, respeto para sus espaldas partidas, consideración por sus cabezas blancas. Piden lo que pedimos todos: justicia. ¿Es demasiado? O ser viejos es un pecado. Viejos son los trapos y ellos son los únicos que no pueden esperar..