El juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni se manifestó nuevamente a favor de avanzar hacia un "régimen parlamentario" que deje atrás el actual sistema presidencialista y si bien relativizó la actual tensión entre el Gobierno y el alto tribunal de justicia, reconoció que "no se puede prever el desenlace".

Zaffaroni confió en que el actual conflicto entre la administración de Cristina Fernández y la Corte, encabezada por el juez Ricardo Lorenzetti, encuentre una solución por el camino de la racionalidad y no lleve a medidas extremas. El magistrado, sindicado como afín a la Casa Rosada, consideró "imposible" la hipótesis de que la Argentina se dirija hacia un régimen hiperpresidencialista que no contemple la eventual división de poderes. Un panorama en ese sentido "no tiene viabilidad".

"Yo soy partidario de un régimen parlamentario directamente, porque el presidencialismo es lo que nos está abstrayendo de todos estos problemas. Hay que tener un sistema que permita que la crisis política no derive en una crisis de sistema", puntualizó.

Ante una consulta, dijo "no" tener "vínculo" con el movimiento Justicia Legítima, cercano a la Casa Rosada, y aunque dijo no compartir la visión de ese colectivo que agrupa a jueces y abogados, resaltó: "Lo que comparto y me gusta es que esté, porque divide la opinión, moviliza y genera pluralismo".

Al preguntársele por las actual tensiones entre el Ejecutivo nacional y la Corte Suprema, Zaffaroni indicó que "es una situación que no es nueva en el mundo. No es la primera vez que pasa y no se puede prever el desenlace".

"Un sistema jurídico se compone de ley, de doctrina y una reproducción del saber jurídico. En algún momento hay alguna tendencia o algún movimiento o fuerzas que tienden a una redistribución parcial o mayor de distribución. Eso entra en colisión con el aparato jurídico que se convierte en un obstáculo y produce cierta disfuncionalidad", señaló. “Es el caso de Roosevelt en los años 30; el sistema se reacomodó y comenzó a funcionar de nuevo", resaltó.

"Otras veces llega una situación critica, muy radical como el juicio a la Suprema Corte en el '46 (durante el gobierno de Juan Domingo Perón). Otra veces puede llegar a la locura de Camboya, de Pol Pot con el fusilamiento de 300 jueces. Son extremos. Pero espero que esto se supere como con Roosvelt en los 30. Es la dinámica política que incide sobre la estructura judicial".