Tras meses de coqueteos, al principio en secreeto y luego desembozadamente (con una jornada de trabajo entre equipos del PRO y del Peronismo Federal en Mar del Plata en las últimas semanas, por ejemplo), Macri desestimó una alianza con Eduardo Duhalde.

El jefe de Gobierno porteño enfatizó que conformará una fórmula presidencial sólo con integrantes del PRO.

“Yo no veo ninguna fórmula con nadie que no pertenezca al PRO. No evalúo ningún tipo de alianza”, subrayó.

Asimismo, anunció la construcción de diez nuevas escuelas en la zona sur de la ciudad y la entrega de ciento sesenta mil computadoras para alumnos de establecimientos primarios de la Capital, fue al inaugurar el ciclo lectivo en una escuela de la Villa 20, en Lugano.

Además, como el año pasado, prometió “superar la emergencia edilicia en las escuelas para fin de año”.

En otro orden, se quejó de que los porteños son “convidados de piedra” del paro de la CEAMSE que dificultó la recolección de residuos en la noche del domingo.

“Estamos a la espera de ver cómo se llega a un acuerdo en las negociaciones con el Gobierno de la Grovincia (de Buenos Aires). Esperemos que lo resuelva”, se desentendió Macri, y solicitó a los vecinos “que no saquen la basura” mientras dure la medida de fuerza (de cuarenta y ocho horas).

Por otra parte, exigió a la presidenta Cristina Fernández que, en su discurso de apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso nacional, haga mención de la inseguridad, que reputó “un capítulo olvidado” por el Ejecutivo nacional, y de paso respaldó la política de mano dura y autogobierno policial de Daniel Scioli, que logró resucitar los asesinatos por robos de autos y los casos de gatillo fácil contra los jóvenes carecientes, entre otros puntos destacados.