El empresario Guillermo Greppi, vinculado con polémicas declaraciones del juez federal Norberto Oyarbide por un allanamiento que el magistrado pidió suspender "a raíz de un llamado telefónico" del  segundo de la Secretaría General de la Presidencia, Carlos Liuzzi, señaló por Continental que son amigos "de toda la vida" con el funcionario", pero "no somos socios".

A raíz de una nota publicada por La Nación el domingo último, el dueño de la mutual de crédito Propyme negó tener negocios con Elaskar y Lázaro Báez. "Nunca tuve un cheque de Elaskar y Fariña. A Fariña lo crucé muchas veces en Dandy. Tengo una enorme amistad con Liuzzi de toda la vida, pero no somos socios", subrayó tras reconocer que llamó al funcionario en el momento del allanamiento para frenar el pedido de coima de los policías.

Sobre las llamadas que La Nación afirma se hizo a sus teléfonos de parte de Elaskar o Fariña, subrayó que "no fueron atendidas, por eso son tan cortas. Intentaron comunicarse conmigo pero yo no suelo estar disponible en el teléfono en cuestión. Greppi afirmó que ante la agresividad de los policías que allanaban su empresa, la Asociación Mutual Propyme, decidió pedir ayuda a un comisario mayor, "un amigo", pero éste le dijo que no podía hacer nada. Ante la negativa del uniformado, el financista llamó a Liuzzi.

Según su testimonio, los policías le habían pedido una coima de 300 mil dólares, que luego "pesificaron", solicitando "tres millones de pesos. A Liuzzi tuve la bondad de conocerlo hace 30 años; él no es político, es funcionario. Esto no tiene nada que ver con lo político, me ayudó como amigo", agregó.

Greppi descartó tener vinculaciones con el financista Fernando Caparrós Gómez, con Pablo Schoklender y con el programa de construcción de viviendas Sueños Compartidos. "No conozco a Zannini, no conozco a De Vido, mi empresa no es financiera del Gobierno, no tenemos cheques de las Madres de Plaza de Mayo, no tengo nada que ocultar", enfatizó.

Finalmente, Greppi defendió a Liuzzi y dijo que pone "las manos en el fuego por él". "Es una persona que no nació el día que empezó a trabajar en la Casa Rosada, tiene bienes de tiempo atrás, lo sobreseyeron porque no había nada que mirar. Pongo las manos en el fuego por su moral, por su amistad y por su hombría de bien", afirmó. Para Greppi, Liuzzi no cometió ningún delito al interceder ante Oyarbide para frenar el allanamiento a la Asociación Mutual Propyme. "Sólo le dijo a Oyarbide que estaban masacrando a un amigo", concluyó.