“Generalmente le ponemos el reflector a la policía cuando ocurren hechos de violencia y pocas veces incorporamos en la discusión qué pasa con la justicia penal y el sistema penitenciario; esto último resulta ser parte del problema”, enfatizó el especialista en Seguridad y ex secretario porteño del área, Diego Gorgal.

“Nada de esto es patrimonio de una sola gestión: hay superpoblación carcelaria, que afecta en la capacidad de tratamiento criminológico y resocialización”, remarcó.

“Las condiciones por sí mismas no deben ser una pena sino la herramienta para que la persona se pueda recuperar”, sostuvo.

Gorgal advirtió que es necesario “analizar el perfil de la población penitenciaria”.

“Nuestra población penitenciaria no refleja la importancia del delito que hay hoy en la calle, representa lo que el sistema se lleva por delante”, dijo, al advertir que el sistema carcelario “en su conjunto, adolece hace mucho tiempo de muchas falencias”.

“El problema es un poco más complejo que el controlar a la policía y renovar un sistema de patrulleros”, sostuvo Gorgal.

“En temas de seguridad, tenemos una dificultad enorme en debatir y sacar conclusiones; seguimos discutiendo lo mismo que hace 15 o 20 años, no avanzamos. La dirigencia política, en el fondo, mantiene una creencia de que esto no se puede resolver, mientras la realidad es cada vez más dramática”, concluyó.