Cristina Fernández cerró su campaña con un acto en el Teatro Coliseo. Allí, hizo una férrea defensa de los últimos ocho años del modelo que comenzó su marido y ex presidente Néstor Kirchner, a quien recordó con emoción: “tenía un corazón tan grande que no le entró en el cuerpo”.

Con su gabinete a pleno y varios gobernadores presentes, la jefa de Estado reivindicó la designación Amado Boudou, que precedió con un discurso la alocución de la mandataria, al advertir que “el pingüino (Néstor Kirchner) debe estar ahora mucho más tranquilo”.

De esa forma, Fernández se refirió elípticamente a su actual segundo, Julio Cobos, alejado de la escena política oficialista desde el voto no positivo en el Congreso de la Nación, durante el debate sobre la resolución 125, que afectaba a productores agropecuarios.

En ese sentido, la presidenta aseveró que está acompañada por millones de argentinos que, de a poco, “le van corriendo el velo de los ojos a muchos”, a la vez que afirmó que “no hay que enojarse con quienes no nos entienden” y subrayó que su gobierno continuará con las políticas de reindustrialización y generación de empleo.

“No pretendemos patentar el modelo, pero tenemos el orgullo de haber podido construir paradigmas diferentes”, subrayó la presidenta al defender su gestión “frente a las crisis globales” que azotan el planeta.

“Frente a otras imágenes que nos llegan desde el mundo, es maravilloso lo que estamos viviendo”, agregó la mandataria.

“¿Qué hubiera pasado en la Argentina de hace 7, 8, 9 años atrás cuando estuvo el Tequila y se nos vino el país encima?”, se preguntó, al tiempo que pidió “reconocer algunas cosas” que se hicieron en su gestión. “El odio le hace peor a quien lo emite que a quien lo recibe”, señaló.

Fernández enfatizó que su gobierno se encuentra “con una inmensa serenidad y mucha firmeza” y lo calificó de “inclusivo”.

En otro tramo de su discurso, la jefa de Estado recordó a Néstor Kirchner y elogió su desempeño y sus logros frente al país. “Él, hace ocho años, soñaba con la Argentina que tenemos hoy; él tuvo un rol fundante”, remarcó.

Al término del acto de cierre, la presidenta se abrazó con su madre, Ofelia Wilhelm, quien estaba en primera fila en la platea. Otro momento muy emotivo fue el abrazo que le propició a su cuñada Alicia Kirchner, con un rosario y una rosa blanca en sus manos, obsequio de los concurrentes.