Si la Fórmula E es el futuro, entonces el futuro será un lugar más bien silencioso. Sin embargo, eso no es algo necesariamente malo.

Las primeras sesiones de pruebas para el nuevo campeonato internacional de autos de carrera se han estado efectuado en el circuito inglés de Donington Park en el condado de Leicestershire.

La serie arranca en septiembre con una carrera por las calles de Pekín. Incluirá pruebas en diez ciudades, que incluye a Buenos Aires en su calendario, y concluirá con un "E-prix" por el Battersea Park de Londres en junio.

Los organizadores esperan que transforme nuestro modo de pensar en los autos eléctricos , además de servir como plataforma de prueba para nuevas tecnologías, que pueden ayudar a mejorar su rendimiento.

Francamente, a primera vista no impresionan mucho. En términos de tamaño y forma, son en líneas generales similares a los autos de Fórmula 1, aunque tienen algunas alteraciones de estilo, incluyendo grandes guardabarros alrededor de las ruedas, que los hacen ver agresivos.

Ciertamente vienen con buen pedigrí. Los motores eléctricos de 200 kilovatios (270 caballos de fuerza) son construidos por la división de electrónica de McLaren, gigante de la F1. Las baterías vienen de otro equipo de la F1, Williams, y los chasis son construidos por el fabricante de autos italiano Dallara. Su velocidad máxima es de 225 kilómetros por hora.

No es hasta que salen de los pits que uno comienza a apreciar lo inusuales que son.

No se escuchan los cambios de revoluciones de los motores, ni el penetrante olor de combustible quemado o a escape caliente. Lo que se siente es un zumbido agudo, como si se tratara de una especie de máquina de coser turbo.

Sin embargo, una vez que toma velocidad, el sonido mejora. Más que el rugido convencional de un motor de carreras, lo que se siente es un zumbido tenue de aire perturbado y un sonido de silbato que hace recordar el motor de un avión. Es ciertamente extraño, pero en realidad impresiona bastante.

Para los pilotos también hay una especie de choque cultural. La británica Katherine Legge, de 34 años, ha tenido una larga y variada carrera, conduciendo algunas de las máquinas más potentes disponibles fuera de la Fórmula 1. Legge reconoce que las primeras vueltas son muy raras.

"Es obviamente muy distinto", señala. "Estoy acostumbrada a los viejos y grandes motores chillones y este es silencioso. Se siente un poco la sacudida del viento pero aparte de eso es muy silencioso. De todos modos, es un auto muy rápido".

No obstante, de acuerdo al director ejecutivo de la Fórmula E Alejandro Agag, todo el propósito de la Fórmula E es que está diseñada para ser diferente. Para empezar, toda la serie fue concebida con una meta principal.

"Nuestro objetivo es tener más autos eléctricos en las calles de las ciudades de todo el mundo. Creemos que los autos eléctricos pueden ayudar a resolver problemas que tenemos como la contaminación y los problemas de salud".

"Sin embargo el cambio a los autos eléctricos es demasiado lento", añade. "Con la Fórmula E lo que queremos es acelerar el cambio a los autos eléctricos".