Catire Walker relató por Continental el viaje que con su familia realizó a lo lardo de seis meses en una camioneta Volkswagen, con el objetivo de ver al Papa. "Cruzamos trece países y teníamos ilusión de verlo, pero no imaginamos que se daría, y menos que nos recibiera. Hablar con él fue como estar con un abuelo, era como si nos conocieramos de toda la vida", relató en La Mirada Despierta. 

Los Walker viajaron al Encuentro Mundial de Familias en los Estados Unidos, donde el propio Francisco, al conocer su travesía, pidió verlos. "Nos vio y nos dijo: 'Ustedes son los locos que vienen viajando en la combi'. Los chicos le dieron un abrazo y nos quedamos conversando como uno se queda conversando con un amigo", graficó Walker.

"A las 5:30 o las 6 de la mañana recibí una llamada de mi cuñada diciéndome: 'Están intentando ubicarlos del Vaticano'. Querían encontrarnos porque el Papa quería vernos", relató. Personal de protocolo del Vaticano les dijo a dónde debían ir para el encuentro. Cuando llegaron, les dieron indicaciones muy precisas acerca de dónde debían pararse y cómo comportarse cuando llegara. Pero, cuando apareció, todo eso fue inútil: "Los chicos los abrazaban como si fuese un abuelo y los de protocolo abrían los ojos bien grandes".

"Nosotros pudimos entregarle la carta que le habíamos escrito y él nos regaló un rosario a cada uno", contó Catire Walker. El encuentro fue la coronación de un viaje que había empezado seis meses antes en la Ciudad de Buenos Aires y los había llevado a través de Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, numerosos países de América Central, México y finalmente los Estados Unidos.