Pedazos de un satélite de 20 años de antigüedad usado para medir la capa de ozono podrían caer próximo viernes en la Tierra, señaló la NASA, sin precisar en qué lugar del planeta.

La agencia espacial estadounidense afirmó no obstante que los riesgos para la seguridad pública son “mínimos” y reafirmó que la seguridad es una de sus prioridades.

Medios rusos especularon con que Moscú se ubica en la “zona de riesgo” en la que podría caer el satélite defectuoso UARS (Upper Atmosphere Research Satellite).

Por Radio Continental, el coordinador del area de astronomía del Planetario, Mariano Ribas, dijo que "el satélite pesa 6 toneladas y tiene el tamaño de un colectivo".

Según la NASA, que rastrea constantemente el satélite, es probable que la mayor parte se queme al ingresar a la atmósfera, pero algunos desechos caerán sobre la Tierra, en un lugar “que no es posible precisar” y en una superficie con un radio de 800 km.