Ricardo Preve se desempeñaba como ingeniero agrónomo y forestal en una empresa; sin embargo, fue despedido luego de que la compañía cerrara. Su vida dio un giro y comenzó a dedicarse a producir y dirigir documentales y ficción.

Ahora, Preve, nacido en Salta, se embarca en una nueva aventura: irá en búsqueda del submarino italiano Macallé, hundido en el mar Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Para ello, trabajará junto a un equipo de cinco buzos. Él mismo es buzo profesional.
"Será como buscar una aguja en un pajar, pero al menos vamos a intentarlo. Nos ayudará que el mar Rojo tiene visibilidad excelente", destacó en diálogo con el diario Clarín.

El Macallé, de 615 toneladas, se lanzó por primera vez en 1936 y, durante la Segunda Guerra Mundial, estaba previsto que se enfrentara a barcos británicos en la Campaña de África Occidental. Sin embargo, condiciones meteorológicas adversas le impidieron llevar adelante su misión.

En su regreso, sufrió una fuga de gas que dejó inconsciente a los tripulantes. En la madrugada del 15 de junio de 1940, el submarino impactó contra un arrecife en el mar Rojo. Los integrantes de la tripulación, narró Preve, abandonaron el buque, que luego se hundió.

Los marinos se dirigieron a una isla cercana, mientras que tres de ellos partieron hacia Eritrea, en el noreste de África. El Estado italiano luego envió otro submarino para rescatar a toda la tripulación, aunque uno de ellos murió en la isla, donde fue enterrado.
Dentro de dos semanas, el lunes 3 de noviembre, Preve y su equipo partirán en el barco italiano Don Questo equipados con un sonar y un detector de metales para comenzar la búsqueda de restos del submarino y grabar su exploración. En la primera fase de la iniciativa sondearán aguas poco profundas con la esperanza de divisar algún vestigio que ayude a revelar la ubicación del buque.

Preve dijo que inclusive analiza hacer una ficción sobre la búsqueda del submarino italiano. Anteriormente, en 2004, fue coproductor del documental Mondovino, de Jonathan Nossiter, que fue premiado en el Festival de Cannes, y en 2005, de la película argentina Adiós, querida luna.