Estudiantes de escuelas secundarias porteñas tomaron 16 colegios en rechazo a la reforma que las autoridades educativas de la Ciudad de Buenos Aires pretenden hacer en la currícula.

El lunes comenzaron las tomas en la escuela técnica “Fernando Fader”; escuela técnica “Ingeniero Eduardo Latzina”, la de Jardinería “Cristóbal Hicken” y la de educación media común “Claudia Falcone”.

Este martes, en tanto, se sumaron a la medida la técnica “Hipólito Yrigoyen”, el colegio “Julio Cortázar”, la Escuela de Cerámica “Fernando Arranz”, el “Domingo Faustino Sarmiento”, la Escuela de Bellas Artes “Rogelio Yrurtia” y los normales 8 y 17.

Además las escuelas técnicas “Fundición Maestranza del Plumerillo”, “Ing. J. L. Delpini”, “Norberto Piñero”, “Gral. José de San Martín” e “Ing. Luis Huergo” votaron comenzar la toma desde el miércoles.

La reacción de los estudiantes surgió tras la reunión que mantuvieron este lunes varios delegados con el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, quien les explicó los alcances de las reformas que se van a implementar.

Los estudiantes rechazan cambios horarios y curriculares en sus carreras secundarias. El Gobierno de la Ciudad negó que se vaya a eliminar el turno vespertino.

A esta situación se suma la de la escuela de arte “Fernando Arranz” de Montecastro, cuyos alumnos objetan la modificación en el título que se les otorgaría a partir de ahora, explicó por Continental la alumna Natalia Gutiérrez.

En Magdalena Tempranísimo, remarcó que no fueron recibidos por las autoridades de la Ciudad. “A principio de año nos enteramos que en el 2013 iban a implementar un cambio curricular en las escuelas técnicas, pero el mes pasado supimos que este plan era para todas las modalidades de los secundarios”, explicó.

A raíz de esta situación, “unas 50 escuelas comenzamos a movilizarnos y nos nucleamos en la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) para evaluar y organizar las medidas que podíamos tomar”, añadió.

Para los alumnos, la reforma propuesta “quita horas y transforman nuestras tecnicaturas en bachilleratos”, lo que significa que “se desvalorizan nuestros títulos y nos recortan salidas laborales”.