El ministro de Educación, Alberto Sileoni, manifestó hoy la "preocupación" de las autoridades por los casos de "acoso" escolar, conocidos como "bulling", y admitió que en los últimos tiempos ha habido "algún incremento" de los comportamientos sociales agresivos, enmarcándolos en un "clima de época".

Sileoni reivindicó la "Guía Federal de Convivencia Democrática", elaborada por el Consejo Federal de Educación, que su cartera presentó esta semana a fin de orientar el accionar de los docentes que se vean enfrentados a situaciones de violencia en las escuelas.

En declaraciones radiales, el ministro reconoció que "puede haber algún incremento en el último tiempo de algunas circunstancias, que no son nuevas, como exclusiones, insultos, burlas, gritos y algunas cuestiones de armas en las escuelas".

Sileoni sostuvo que, desde los distintos estamentos de responsabilidad, "están preocupados" por los casos de violencia escolar. Advirtió que si bien algunos se pueden resolver, otros terminan en una vereda con un homicidio. "Eso es tremendo y doloroso. Es un retroceso", enfatizó.

LA GUÍA CONTRA EL BULLYING

El funcionario nacional consideró un "trabajo interesante" la guía sobre "convivencia democrática" reciente presentada, que contempla a escuelas de nivel inicial, primario y secundario, tanto de gestión estatal como privada.

En ese sentido, explicó que el manual subraya la "necesidad de ratificar el vínculo asimétrico entre docentes y alumnos. La escuela -dijo- no se gobierna por una asamblea de docentes y alumnos, es gobernada por los adultos".

"Pero así como destacamos esto, también hablamos de la cercanía: el mejor lugar del docente es sentirse diferente pero cercano. Está probado que se reduce sustantivamente la conflictiva con la aparición de un adulto que pone racionalidad, una palabra de tranquilidad e, inclusive, de justicia", expresó.

EL ROL DE LA FAMILIA

Por otro lado, recordó que el documento contempla también el rol de la familia "como actor importante", como los educadores, los directivos y los jóvenes.

"La mesa familiar y la casa es el primer formador; si el pibe vuelve a casa y dice: 'hoy me pegaron', y el mensaje es: 'matalo', la escuela tiene que desmontar después ladrillo por ladrillo esa construcción", advirtió.

Así, el mensaje de los padres -según expuso- debe ser el de promover el diálogo con el otro, una instancia que "ha perdido jerarquía" en esta época en donde "la reacción está mucho más cerca de la mano".

"Las reacciones violentas, como dos chicas tomándose del pelo, forman parte de esa ausencia de diálogo. Yo no creo que la razón es por ser 'cheta' o linda, el trasfondo es la incomunicación, el desgarramiento de una soledad, el no poder entenderse con el otro y ahí fracasa la escuela y la sociedad", analizó.