En el sur de Río Negro, preocupa la salud del ganado (especialmente el lanar), que no pueden alimentarse por la acumulación de cenizas.

Desde pueblo de Comayo, el vecino Roque Colazo señaló por Continental que al desastre por la erupción volcánica “se suman los cinco años de sequía extrema que padece la provincia”.

En La Mañana, describió la muerte de cabras y ovejas y remarcó que “el principal problema es la ceguera que provoca en el ganado afectado”.