Pocos han puesto tanto empeño en parecerse a un coreano. Uno creería que ni siquiera los propios coreanos. Pero Oli London es un canto al tesón y las 32 operaciones a las que ya se sometió, no le parecen suficientes, por eso va por más: piensa reducir su pene, bajo el argumento que las personas nacionadas en ese territorio, poseen un miembro poco relevante.