Uno de los grandes misterios de la historia medieval tardía es por qué los nórdicos, que habían establecido con éxito asentamientos en el sur de Groenlandia en 985, los abandonaron a principios del siglo XV.

La opinión generalizada ha sido durante mucho tiempo que las temperaturas más frías, asociadas a la Pequeña Edad de Hielo, contribuyeron a hacer insostenibles las colonias. Sin embargo, una nueva investigación, dirigida por la Universidad de Massachusetts Amherst y publicada recientemente en Science Advances, echa por tierra esa vieja teoría. No fue el descenso de las temperaturas lo que contribuyó a expulsar a los nórdicos de Groenlandia, sino la sequía.