Informe BBC. Se conocen como "reglas de sentimientos" y están tan arraigadas en nuestras interacciones sociales y laborales que rara vez les prestamos atención.

Por ejemplo, cuando un colega anuncia que está comprometido, las reglas del sentimiento dictan que debes mostrar felicidad. Cuando tu jefe dice que el equipo acaba de perder una cuenta, el sentimiento apropiado podría ser frustración o incluso ira.