Nueve hermanos suman juntos 818 años. Una investigación de la fundación Guinness encontró a la familia Melis. La mayor tiene 105 años y 25 bisnietos.

La mayor de la familia Melis, de la localidad cerdeña de Perdasdefogu, es Consolata, que el miércoles celebrará su cumpleaños 105. La mayoría de sus hermanos tiene en torno a 90 años y la más joven es Mafalda, de 78. Consolata tiene nueve hijos, 24 nietos y 25 bisnietos.

Los hermanos fueron hallados durante una investigación de la fundación Guinness de los Récords. La organización llevaba siete años buscando por todos los continentes cuál era la familia más longeva.

Mientras tanto, inician un estudio internacional para descifrar los secretos de la longevidad, en cual participan investigadores platenses. La secuenciación del genoma de 100 personas de más de 100 años, que se hará en el marco de un concurso internacional, brindará a la ciencia la posibilidad de descubrir el secreto de una vida longeva con buena salud física y mental y de avanzar hacia una medicina personalizada.

“Este estudio (explicó por Continental Rodolfo Goya, director del laboratorio de Bioquímica del Envejecimiento Celular del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata) puede abrir puertas para que la ciencia avance en la búsqueda de una óptima calidad de vida y muchos años”.

Para Goya, quien también es investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) “lo que hay que ver es si entre ese centenar de personas de más de 100 años hay algún modelo en común de algún gen que nos indique que tiene una importancia para la longevidad y la salud. Es como buscar un aguja en un pajar, ya que hay 30.000 genes en nuestro organismo y hay que buscar alguna variante en uno de ellos, que sea un modelo que coincida con las otras secuencias”.

De todos modos, el especialista aclaró que el estudio se refiere a gente con una vida estándar, ya que “hay tres factores que influyen sobre la longevidad en salud, que son el sedentarismo o no, la nutrición, donde incluimos tabaquismo y alcohol, es decir todo lo que se introduce al organismo, y el ritmo de vida en relación al estrés. Al margen de los genes, una persona que lleva una vida tranquila, en naturaleza y con buena alimentación, tiene más posibilidades de longevidad en salud que un ejecutivo que vive a mil, come apurado y está todo el día en tensión”, explicó en Magdalena Tempranísimo.

Sin embargo, Goya advirtió que “tampoco es buena la vida sedentaria, porque tras la jubilación si una persona se queda sin actividad mental y física, suele deteriorarse rápidamente y hacer síndrome de depresión”.

El investigador mencionó “ciertas regiones, como Vilcabamba, en Ecuador, con predominio importante de longevos, y algunas regiones de Rusia y Ucrania, donde hay gente sencilla, campesinos, que consumen un yogur que preparan ellos y se dice que influye en esa longevidad. Hay presunciones que sugieren que estos dos componentes, medio ambiente o estilo de vida y genética, tienen una influencia pareja en la longevidad”.

Respecto de la manipulación de los propios genes para eliminar los riesgos, el investigador del INIBIOLP señaló que “meter mano en el genoma y cambiar, hoy por hoy es una locura, pero con la velocidad con que la tecnología progresa, quizás en 10 o 20 años, se lo pueda hacer. Con sistemas como la nanotecnología, que puede entrar en el organismo y arreglar célula por célula, algo que ahora es una fantasía, pero en lo que se está trabajando mucho, ¿quién puede animarse a decir que eso no esté funcionando en 20 años?”, concluyó Goya.