La confirmación llegó días después de que la insólita historia ya se viralizó. Ni existía Laura, ni existía Martin G., ni los objetos partidos al medio que se publicaron en eBay eran ventas reales. Detrás de esos 12 años de relación y del “saludos a mi sucesor” había en realidad un buffete de abogados alemanes que montaron esta campaña viral para concientizar sobre la importancia de las firmas de divorcios, informó el diario alemán Suddeutsche Zeitung.

La tragicómica historia dio la vuelta al mundo y para este estudio de abogados se alcanzó una audiencia que jamás hubieran tenido con la publicidad tradicional.