Los funcionarios del país y los activistas han expresado su decepción después de que las conversaciones de las Naciones Unidas sobre sistemas de armas autónomos, conocidos como " robots asesinos ", no llegaran a iniciar negociaciones sobre un tratado internacional para regular su uso tras la oposición de los estados fabricantes.

A diferencia de las armas semiautónomas existentes, como los drones, las armas totalmente autónomas no tienen un "interruptor de muerte" operado por humanos y, en cambio, dejan las decisiones sobre la vida o la muerte en manos de sensores, software y procesos de la máquina.

La regulación de la industria ha adquirido una nueva urgencia desde que un informe de un panel de la ONU en marzo dijo que el primer ataque con drones autónomos pudo haber ocurrido en Libia. Esta semana, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alentó a las 125 partes de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW) a elaborar un “plan ambicioso” sobre nuevas reglas.

Pero el viernes, la Sexta Conferencia de Revisión de la CCW no pudo programar más conversaciones sobre el desarrollo y uso de los Sistemas de Armas Autónomas Letales, o LAWS.

Los países que ya están invirtiendo fuertemente en el desarrollo de LAWS asistieron a la reunión de cinco días en Ginebra, lo que impidió que la mayoría acordara pasos para establecer reglas legalmente vinculantes sobre armas operadas con máquinas.

Fuentes posteriores a las conversaciones dijeron a la agencia de noticias Reuters que Rusia, India y Estados Unidos se encontraban entre los países que rechazaron un nuevo tratado LAWS. Estados Unidos ha señalado los beneficios de las LEYES, incluida la precisión.

"Al ritmo actual de progreso, el ritmo del desarrollo tecnológico corre el riesgo de superar nuestras deliberaciones", dijo el embajador de Desarme de Suiza, Felix Baumann, expresando su descontento por el resultado del panel intergubernamental de la ONU, que se ha celebrado durante los últimos ocho años.