Si algo no puede adjudicársele a Nostradamus, es que el tipo le haya errado mucho. Especialmente porque lo confuso de sus predicciones hace que quien quiere creer, crea. Respecto al fallecimiento de la reina Isabel, aparentemente el pintoniso indicó: “Al final de la guerra, las grandes potencias cambian. Cerca de la costa nacen tres hermosos niños. Arruinarán al pueblo cuando sean mayores de edad. Cambiarán el reino y no lo verán crecer más”, reza el Century 8 Quatrain 97, escrito por el famoso prestidigitador francés.