Las actividades humanas están contribuyendo a que el aire, el suelo y el agua dulce de la Tierra se vuelvan más salados, lo cual podría representar una amenaza para el medio ambiente y la salud humana si las tendencias actuales continúan. Esta es la conclusión de una nueva revisión científica liderada por el profesor de Geología de la Universidad de Maryland, Sujay Kaushal, y publicada en la revista Nature Reviews Earth & Environment.