La esposa de Eduardo Salvio, Magalí Aravena, nunca quiso regresar a la Argentina, desde Portugal, donde hacía tiempo vivía la familia con comodidad. Sabía que había muchos riesgos por estas tierras, donde la conducta de los jugadores de elite, no siempre está bien controlada por su profesionalismo.

"Hay un interés de Boca y se sabe, pero no está en los planes volver a la Argentina. En Argentina no hay seguridad ni tranquilidad, quizá tenés dos partidos malos y no podés salir a la calle. Además, Toto acá está cumpliendo el sueño de jugar la Champions. Donde el quiera nosotros vamos a acompañarlo, pero la verdad que no tenemos planes de volver" había dicho Arancedo cuando el club Xeneize tentó a su marido.

La ex de Salvio no quería volver a la Argentina

Sin embargo cedió a las presiones de Toto y debió despedirse del país luso. Lo hizo mediante su cuenta de Instagram, donde publicó una foto celebrando junto a Toto, lookeados con la ropa de Benfica, despidiéndose: "No digo adiós, digo para siempre ... ¡e incluso si tengo que ir hoy, nunca te olvidaré!. Pasamos por muchas cosas aquí, algunas tristes pero muchas felices, incluida nuestra familia que creció y ahora somos cuatro".

El destino la trajo de vuelta, y sus augurios parecen haberse cumplido.

A pesar de lamentar tener que dejar atrás a sus amigos, el colegio de sus hijos y demás motivos que la aferran al país europeo, reflexionó: "Es normal sentir una gran tristeza por dejar esta ciudad que tanto amamos, pero por otro lado, viene la felicidad de volver a casa".

Y destacó: "Ahora tienen que apoyarnos en algo nuevo, pero seguramente será lo mejor para nosotros. GRACIAS PORTUGAL. Nunca te olvidaremos y prometemos volver".