En una investigación publicada por AP se prueba que el centro correccional federal para mujeres de Dublin (California, EE.UU.) permitió y encubrió múltiples casos de abuso sexual cometido por miembros del personal contra las presas. 

Según el informe, la cultura del abuso en la prisión estaba tan extendida que numerosas reclusas y miembros del personal se referían a ella como "el club de la violación". De hecho, las denuncias de abuso presentadas por las mujeres contra los guardias eran sistemáticamente ignoradas y algunas presas fueron castigadas con confinamiento solitario después de haberlas hecho.

La investigación de AP subraya que el propio alcaide de la prisión está acusado de tener en su teléfono fotos de desnudos de una reclusa a la que habría agredido sexualmente.

Además, un guardia admitió querer dejar embarazadas a las presas, mientras que otro funcionario penitenciario fue acusado de colocar a una reclusa en un destacamento de trabajo con un miembro del personal al que ella había acusado de violación. Tras el anuncio, el funcionario habría dicho que era hora de dejar "que comiencen los juegos". 

Hasta ahora, las denuncias en la prisión de Dublin han llevado a cuatro arrestos, entre los que se encuentra el exalcaide Ray J. García. Un nuevo alcaide, Thahesha Jusino, se hará cargo este mes de las instalaciones de Dublin (que albergan aproximadamente a 750 reclusas) y ha prometido una política de "tolerancia cero" para el abuso sexual.