Un pasado como estrella de Hollywood, una vida rodeada de glamour y una muerte prematura convirtieron a la actriz Grace Kelly en blanco perfecto de numerosas biografías, como la que acaba de publicar Donald Spoto, famoso biógrafo de distintos íconos cinematográficos que en este caso se encarga de retratar a quien fuera una de sus grandes amigas.

Conocida por ser la musa del maestro del suspenso Alfred Hitchcock y posteriormente por su matrimonio con el príncipe Rainiero de Mónaco, falleció en 1982 en un accidente de auto: casi 30 años después Spoto intenta "mostrar a una Grace Kelly mucho más cercana" y desmentir el tópico de que era sólo una cara bonita.

Nacida en Filadelfia en 1929 e hija de una de las familias más ricas de la ciudad, la actriz se educó en escuelas privadas.

Sus padres imaginaron para ella un futuro de perfecta ama de casa y nunca vieron con buenos ojos su decisión de dedicarse al cine y estudiar arte dramático en Manhattan.

La carrera cinematográfica de Kelly fue breve pero decisiva: sus intervenciones en grandes producciones como “Sólo ante el peligro” -junto a Gary Cooper- o “Mogambo” (del realizador John Ford) le valieron los aplausos de público y crítica, pero su consolidación llegó cuando se convirtió en la musa del realizador inglés Alfred Hitchcock, que la dirigió en “Crimen perfecto”, “La ventana indiscreta” y “Para atrapar a un ladrón”.

Fue precisamente durante el rodaje de ese film que la joven conoció al príncipe Rainiero de Mónaco, con quien se casó dos años después de obtener en 1954 y con apenas 25 años el Oscar a la Mejor Actriz por “La angustia de vivir”.

Cuando solo tenía 27 años Kelly interrumpió su trabajo de actriz para casarse con el príncipe de Mónaco, en una boda que llenó cientos de páginas de los diarios y revistas.

En “Grace Kelly”, publicado por Lumen, Spoto revela las trastienda de una vida que hacia fuera se presentó como de ensueño, pero que puertas adentro tuvo muchos altibajos como consecuencia de las obligaciones que le impuso la vida monárquica.

“Quiero dejar claro un tópico: Grace era mucho más que una cara bonita”, asegura el biógrafo, quien recopila los momentos más significativos de la infancia de la actriz y se concentra después en su faceta como actriz y finalmente como princesa de Mónaco.

El escritor y teólogo norteamericano, que acredita obras consagradas a personalidades como Marilyn Monroe, Ingrid Bergman, Lawrence Olivier, Marlène Dietrich y Tennesse Williams, se encontraba escribiendo un libro sobre Hitchcock cuando en 1975 se contactó por primera vez con Grace Kelly.

La bella musa del realizador de “Vértigo” había abandonado por entonces su carrera de actriz para dedicarse a sus obligaciones reales y a la vida familiar, pero aún mantenía frescas las imágenes de su pasado como una de las figuras más celebradas de la industria de Hollywood.

A lo largo de los siete años que duró su amistad, Spoto cuenta que se convirtió en una especie de confidente de la princesa y que la confianza entre ambos fue tan fuerte que ella le contó detalles de su vida con la condición de que no los revelara mientras estuviera viva.

“Durante nuestro último encuentro, pregunté a Grace Kelly si tenía previsto escribir alguna autobiografía o autorizar a algún escritor para que lo hiciera. Ella me contestó: `¡Me gusta pensar que todavía soy demasiado joven para eso!`”, relata el periodista en el libro.

“`Lo mejor sería que esperaras a que hubieran transcurrido 25 años de mi muerte para contarlo todo`. He cumplido su petición: Grace nos dejó en septiembre de 1982, y yo empecé a trabajar en este libro a comienzos de 2007", acota Spoto.

Para construir su biografía, el autor recurrió a apuntes de sus charlas con la princesa de Mónaco, así como también a los recuerdos de quienes trabajaron con ella, desde James Stewart a Cary Grant y Alfred Hitchcock.

Los hijos de Kelly, por su parte, entregaron al autor unos documentos hasta ahora inéditos que convierten a esta biografía en un retrato concluyente sobre la mujer que supo reinar primero en Hollywood y luego en Europa.