Fue un 7 de septiembre de 1996, el micro que llevaba a Gilda por la Ruta 12, en la provincia de Entre Ríos, se descontroló bajo la lluvia mientras se dirigía a la localidad de Chajarí a brindar otro recital más de una seguidilla interminable. En el mismo accidente pereció su madre, su hija, tres músicos de su banda y el conductor. 

Le costó mucho a Gilda llegar adonde estaba, el recorrido había sido áspero. Nació el 11 de octubre de 1961 en Devoto, se recibió de maestra y trabajo de ello, mientras llevaba un matrimonio tranquilo y tenía dos hijos. Pero su sueño era cantar.

Se presentó a un casting donde conoció a Juan Carlos Toti Giménez, compositor y tecladista de Ricky Maravilla, que la "descubrió" y la promovió, y luego se enamoraron.

Gilda explotó, fue considerada santa, sanadora, su voz dulce y armoniosa en un mundo de música popular dominado por hombres, generó el amor de multitudes, sus temas se hicieron extraordinariamente conocidos y en la cúspide de su carrera, cuando había podido liberarse de complejos, compromisos no buscados y las presiones familiares, la muerte la encontró en ese ruta 12 que terminó de convertirla en mito. "No me arrepiento de este amor, aunque me cueste el corazón".