No es ningún secreto que la cerveza y el queso azul van de la mano, pero un nuevo estudio revela cuán profundas son sus raíces en Europa, donde los trabajadores de una mina de sal en Austria se hartaron de ambos hasta hace 2.700 años.

Los científicos hicieron el descubrimiento analizando muestras de excrementos humanos que se encuentran en el corazón de la mina Hallstatt en los Alpes austríacos.